|
HISTORIA
DE ESPAÑA
España,
como no podía ser de otra forma, presenta una interesante y apasionante
historia que resulta imposible de resumir en tan solo unas líneas. En su
historia destacan las invasiones romana y árabe, que dejaron huellas que aún
hoy permanecen vivas en el idioma, arquitectura, y en el carácter abierto de
los españoles. Sin duda, el mayor explendor de España se produjo a partir del
Descubrimiento de América, alcanzando su cénit con el Imperio de los Austrias,
un imperio donde "jamás se ponía el sol", imperio que alcanzaba
posesiones en prácticamente todos los confines del mundo, destacando la
presencia en Filipinas y sobretodo las extensas posesiones en el continente
americano. De ahí, el imperio fué decayendo con los Austrias y Borbones, un
declive que alcanzó su punto más negro con el desastre del 98, pero que por
contra hizo que creciera probablemente el más importante movimiento cultural (especialmente
literario) de la historia española, con el nacimiento de la llamada "Generación
del 98". Ya en el siglo XX destacan la dictadura de Primo de Rivera, la
Segunda República, la Guerra Civil Española, la dictadura de Franco, y ya a
finales de siglo la ejemplar transición a la democracia que sigue viva con
fuerza en el país.
MOMENTOS
MAS DESTACADOS DE LA HISTORIA ESPAÑOLA
España
prerromana
Uno
de los aspectos más característicos de la historia antigua de España es la
sucesión de oleadas de diferentes pueblos que se extendieron por toda la península.
Los primeros en llegar fueron los Iberos, un pueblo del norte de Africa. Después
llegaron los celtas, un pueblo típicamente ario, y de la fusión de los dos
surgió una nueva etnia, los celtíberos, que se agruparon en varias tribus (cántabros,
astures, lusitanos) que dieron nombre a sus respectivos territorios. Los
siguientes en llegar, atraídos por la riqueza minera, fueron los fenicios, que
fundaron varias plazas comerciales a lo largo de la costa, la más importante de
las cuales fue Cádiz. Después vinieron los griegos, que fundaron varias
ciudades, entre las que se encontraban Rosas, Ampurias y Sagunto. En su lucha
contra los griegos, los fenicios llamaron a los cartagineses, quienes a las órdenes
de Amílcar Barca, se apoderaron de la mayor parte de España. Fue en esta época
cuando Roma inició una disputa fronteriza en defensa de las zonas de influencia
griega: Y así comenzó en la península la segunda guerra púnica, que decidió
el destino del mundo de entonces. Tras la victoria de Roma, Publio Escipión,
"El Africano", comenzó la conquista de España, que iba a estar bajo
dominio de Roma durante seis siglos.
Roma
en España
Los
inicios de la conquista de la penínisula por los
romanos los podemos situar en el siglo II A.C., siendo
entonces cuando España se convirtió en el codiciado
punto estratégico que sigue siendo aún en nuestros
días, y que en aquellos tiempos tenía especial
importancia dada la disputa existenta entre Roma y
Cartago por el control del Mediterráneo.
Sin embargo, no
sería hasta el 27 A.C. cuando pacifican la península
de una vez por todas y la dividen en provincias: La
Tarraconense, la Bética y Lusitania. La presencia de
Roma en Hispania duró siete siglos, durante los cuales,
se trazaron las fronteras más importantes de la península
en relación con otros países europeos. Durante todo
este periodo, los romanos no sólo transmitieron una
administración territorial, sino que también dejaron
un legado de referencias sociales y culturales que
perduran en nuestros días, tales como la familia, la
lengua, el Derecho y el gobierno municipal.
Hacia
el 264 podemos situar en comienzo de la caída del Imperio Romano en España,
con las invasiones de los suevos y francos, aunque no sería hasta el 568-586
cuando Leovigildo expulsaría a los funcionarios imperiales e intenta unificar
la península, con lo que se da por finiquitado el Imperio Romano en España.
La España
musulmana
La
ocupación musulmana tiene sus orígenes a comienzo del siglo VIII, debido a los
conflictos internos en los que estaban sumidos los visigodos, que dominaban
España tras la expulsión de los romanos. Debido a estos conflictos, musulmanes
y bereberes llegaron a la península y se instalaron sin difilcutades en el
sur. A mediados del siglo VIII, el príncipe omeya Abderramán se proclama Emir
de Córdoba, independiente de Damasco. Durante el primer tercio del siglo X, el
omeya español Adderramán III restauró y amplió el emirato de Al-Andalus y se
convirtió en el primer califa español. A partir de ahí, los musulmanes se
extendieron hacia el norte sin excesivas dificultades dada su superioridad sobre
el resto de los pueblos que habitaban la península. Los cimientos en los que se
basó la hegemonía andaluza fueron: una considerable capacidad económica,
fundamentada en un importante comercio; una industria artesana desarrollada, y
una técnica agrícola, que era mucho más eficiente que cualquier otra del
resto de Europa. El Califato cordobés tenía una economía basada en la moneda,
y la introducción de la acuñación representó un papel fundamental en su
esplendor financiero. La moneda cordobesa de oro se convirtió en la más
importante de ese periodo y probablemente fue imitada por el Imperio carolingio.
El máximo esplendor de la España musulmana se produjo en el siglo X, y a
partir de ahí comenzó su declive. En el siglo XIII la España musulmana quedó
reducida al Reino Nazarí de Granada, que no capituló hasta 1492, año en el
que se culminó la reconquista.
Las
huellas que dejó el Islam en España siguen vivas en la lengua, ya que si bien es
claramente latina, existen multitud de palabras de origen árabe, pero sobretodo
donde se palpa la herencia musulmana es en ciudades como Granada o Córdoba,
donde sobreviven intactos palacios, mezquitas y edificios de la época que
muestran la grandeza y explendor de un pueblo adelantado a su tiempo. Sin duda
la mayor de estas joyas es la Alhambra de Granada, un conjunto
histórico-artístico de un valor incalculable y de una belleza sin igual,
especialmente si se contempla desde el cercano monte Albaicín, desde donde se
pueden admirar las puestas de sol probablemente más hermosas del planeta.
1516
- 1714 El Imperio de los Austrias.
En
1516, tras la muerte de Fernando de Aragón, Carlos I de España y V de Alemania
se hace con la Corona española, además de los dominios italianos y europeos de
los Habsburgo, comenzando el Gran Imperio Español, impero donde
jamás se
ponía el sol. Esta época dorada se caracterizó por la gran cantidad de
conflictos en los que España se vió inmersa, con victorias como la de Lepanto
contra los otomanos y derrotas como la que sufrió la Armada Invencible
contra los ingleses, que marcó y evidenció claramente la decadencia del impero.
En 1714, con la imposición por parte de Francia de Felipe
de Anjou (Felipe V), se pone fin al Imperio de los Austrias, comenzando la
dinastía de los Borbones.
La guerra civil
española y la dictadura de Franco
En
1936, estaba instaurada en España la Segunda
República, si
bien el país se encontraba sumida en una profunda crisis.
En este marco, se produjo un alzamiento militar en Marruecos
que se extendió rápidamente por todo el país, y que dio
origen a la Guerra Civil Española, uno de los episodios
más tristes de la Historia de España. Durante el tiempo
que duró la guerra (1936-1939), las victorias y derrotas se
sucedieron para uno y otro bando en lo que fue un
lamentable baño de sangre. El 28 de marzo de 1939 las
fuerzas nacionales, afines a Franco, tomaban Madrid, última
ciudad en resistir el acoso, y el 1 de abril de 1939 Franco
proclamó el fin de la guerra, convirtiéndose en el jefe
del estado español, adoptando el título de Caudillo en
un país arrasado y destruido por la guerra, una guerra en la
que, además de numerosas bajas producidas en los
enfrentamientos, provocó un éxodo sin precedentes a
países de Europa (principalmente Francia, Suiza y Alemania)
de gente que huía de la la represión, la dictadura y la
ausencia de libertades.
La
dictadura franquista se extendería hasta que, en 1975,
Franco muere, y el Rey Juan Carlos I (elegido sucesor de la
corona por el propio franco) toma posesión del cargo ante Las
Cortes, cerrándose un capítulo negro de la Historia de
España y abriéndose una nueva época de esperanza y
libertad para los españoles.